LA CASA DE MARÍA
La escuela de Educación Especial “La Casa de María” funciona, de acuerdo al Proyecto educativo Institucional de FUNDALMA, en forma articulada con el nivel Inicial, Escuela Primaria y Escuela Secundaria Juana Azurduy de acuerdo al principio “UN MUNDO PARA TODOS”
Ambas instituciones desarrollan su proyecto educativo con miras a la construcción de una ESCUELA INCLUSIVA.
La construcción de este “ideal institucional” requiere que la Escuela Primaria Juana Azurduy diseñe sus actividades de construcción del currículum a partir del objetivo de la INTEGRACIÓN ESCOLAR en las dimensiones:
Socio – Comunitaria:
Todas las actividades de vínculo escuela comunidad se planifican y realizan considerando a las comunidades educativas de ambas escuelas como una: La comunidad educativa de FUNDALMA.
Administrativa - organizacional:
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Articulación permanente de los Equipos Directivos .
Pedagógica - didáctica:
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Diseño del PCI y de actividades curriculares en forma conjunta con el Nivel inicial, con los 2 ciclos de la EP y la ES.
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Reconocimiento de la diversidad de los sujetos protagonistas de la educación como valor y no como defecto.
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Búsqueda de un patrimonio cultural común que oriente la construcción de un currículo abierto, flexible y diversificado.
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Construcción de espacios de aprendizaje diversos superando la organización espacio-temporal del aula tradicional.
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Formación docente continua.
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Participación de la familia en el proceso educativo de los alumnos a través la colaboración e integración escuela-familia.
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Educación en valores a partir de la convivencia y valoración de la diversidad.
Ambas instituciones buscan compartir espacios significativos: la percepción diaria de la discapacidad, la relación afectiva, la potencialidad, la evolución familiar, el lugar recreativo y social, los símbolos patrios.
El más importante, la búsqueda de modelo y consolidación de una postura común frente a la problemática de la persona con discapacidad: defensa de la cultura de la diversidad en búsqueda de calidad de vida para todos.
Las instituciones acuerdan en que lo normal de la vida es la diferencia y que en ello radica su mayor riqueza. Son las diferencias las que nos permiten constituirnos como seres únicos. Por eso el proyecto institucional apunta, entonces, a poner en marcha estrategias y metodologías necesarias en todos los ámbitos de la vida para construir la cultura de la diversidad.
Fue un aprendizaje lento y gratificante que nos convenció de que el camino elegido y esbozado iba transformando la madeja inicial de dudas y zozobras en un sólido ovillo de compactas realidades con cuya lana empezábamos a urdir la trama de nuestro texto personal como institución.
“Hablar de integración escolar es entrar en una de las vanguardias educativas que más esperanza y aliento nos puede proporcionar para la construcción del hombre multirracial, comprensivo y tolerante del siguiente milenio en un momento histórico en el que el proceso de desideologización amenaza y se cierne como la Espada de Damocles sobre las personas más necesitadas. La integración escolar es una ruptura epistemológica, es una nueva cultura abierta y flexible, innovadora y humanizadora, que favorece que los niños aprendan a ser ciudadanos democráticos más orientados a la colectividad que a la individualización y capaces de aceptar y convivir no solamente con niños de distintas razas y nacionalidades sino con los niños que presentan hándicaps. La integración escolar debe ser el motor de cambio y de innovación educativa.”
MELERO, M. /GUERRERO, M.: “Lecturas sobre integración escolar y social”. Pág. 10.
El trabajo diario nos enseñó que la aceptada dicotomía: normal vs. especial, no presenta fronteras tan netas y claras como es habitual creer. Entendimos que lo normal de la vida es la diferencia y que en ello radica su mayor riqueza.
Son las diferencias las que nos permiten constituirnos como seres únicos. Entonces nos embarcamos de lleno en la lucha por la inclusión de la diversidad en el modelo educativo tradicional y en el exitista y marginador esquema social.
Nuestro proyecto fundacional apunta, entonces, respondiendo al lema “Un mundo para Todos”, a poner en marcha estrategias y metodologías necesarias en todos los ámbitos de la vida para construir la cultura de la diversidad.
Intentamos esto cobijados por la presencia de dos vidas: por un lado la pequeña y breve de María Rela y por el otro la históricamente gloriosa de Juana Azurduy.
Estos dos destinos particulares simbolizan los de todos los seres humanos que cruzamos el tiempo, intentamos a su sombra construir un lugar para cada uno independientemente de los dones que hayamos recibido al nacer.